05 enero 2009

Dimensión Social

Desde el año 2000 en adelante la web se convirtió en un espacio participativo, un lugar de información donde los contenidos no sólo son consultados por los usuarios, sino que son ellos mismos los que generan la información; lo cual plantea un quiebre con el tradicional modelo de comunicación, en miras a una horizontalidad entre quienes producen el material que se publica en la web.
Esto es posible gracias a la combinación de distintos avances en los software de aplicación que hicieron de la web 2.0 el lugar óptimo para el despliegue de la cultura, en donde coexisten informaciones y contenidos producidos no sólo por expertos sino también por personas dispuestas a colaborar en la generación de un saber compartido.
Es en este mismo escenario donde las distintas tribus sociales se nuclean en función de preferencias, gustos, valores y estilos. En el contexto web 2.0 los internautas comparten experiencias comunes y desarrollan procesos de identificación que potencian su rol como miembro de un grupo social, al mismo tiempo que rechazan aquellos elementos con los cuales no se sienten identificados.
Así, del centro de la estructura que conforman las tribus urbanas, nacen los líderes de opinión, (Ven enlace sobre líderes de opinión: una demostración informal del tema. http://jlcea.blogspot.com/2009/06/cada-vez-estoy-mas-convencido-de-que-la.html) que se destacan del resto por sus características peculiares. Son personas respetadas por los miembros del grupo social, dado que reconocen en ellas sus capacidades de marcar nuevas tendencias.
La posibilidad de subir material, fotos, videos, música, etc., genera un tipo de intercambio más rico, sobre todo si se toma en cuenta el hecho de que en muchos casos existe una reelaboración on line de la cultura por parte de los usuarios que participan en redes sociales.
Pero la web 2.0 no sólo refuerza los vínculos entre usuarios, sino que además aporta a los mismos la posibilidad de encontrarse en un espacio virtual creado por ellos. Esto proporciona una capacidad de organización hasta ahora inigualable: videoconferencias, chats, foros de discusión que reúnen a cientos de personas esparcidas geográficamente por cualquier lugar del globo.
Los blogs permiten que los consumidores de información puedan elegir lo que quieren ver. Es decir, los públicos se segmentan de acuerdo a sus gustos e intereses. Al mismo tiempo, quienes producen la información pueden dirigirse a un público más segmentado y especializar los contenidos.
Howard Rheingold, (Ver enlace sobre la Colaboración: http://www.dialogica.com.ar/dialogica/2009/05/howard-rheingold-sobre-colabor.php) es escritor, teórico de las nuevas tecnologías e impulsor de la comunidad on line.
El autor señala que la comunidad virtual conforma una especie de ecosistema de subculturas y grupos espontáneamente constituidos que se podrían comparar con cultivos de microorganismos, donde cada uno es un experimento social que nadie planificó y que sin embargo se produce.
Finalmente, señala que estas nuevas formas de interacción posibilitadas por las tecnologías favorecen el intercambio de conocimiento colectivo y la construcción de un capital social, que se genera cuando se comparten las redes sociales, la confianza, la reciprocidad, las normas y valores para promover la colaboración y la cooperación entre las personas.
Es en este mismo contexto de la web 2.0, cuyas características explica Rheingold a la perfección, en el cual los grupos conformados por emos y floggers se unen de acuerdo al universo simbólico que los diferencia del resto de los internautas. Es decir, los miembros de las tribus urbanas agrupados en la red, establecen vínculos por medio de la misma con aquellos que comparten su visión del mundo y su estética bien definida. A través de sus blogs, fotologs, páginas web y redes sociales, los emos y los floggers encuentran un espacio donde encontrarse y cristalizar los lazos que los articulan a su sistema de pertenencia.

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